Este lunes Natasha Gamenthaler cumplía siete años. El domingo murió en la emergencia del hospital de San Carlos luego de haber sido baleada en el tórax cuando estaba en casa de su padre. El objetivo de las balas era el hombre a quien su padre alquilaba una pieza y el atacante llegó hasta la vivienda por segunda vez en pocos días. Ahora su padre fue detenido por desacato a una orden de restricción generada por una denuncia de violencia doméstica y a su madre le fueron quitadas otras dos niñas menores por una denuncia que señalaba que las dejaba solas. En medio de un contexto social crítico, la pregunta que inquieta es si la muerte de Natasha se podría haber evitado.
MIentras la policía continúa la búsqueda de Matías Nicolás Roldán González, señalado como el autor de los disparos que ocasionaron la muerte de Natasha, ayer, y a pocas horas de su entierro, su padre, Pablo, y su madre fueron trasladados a la Unidad Especializada de Violencia Doméstica y de Género de San Carlos.
Al caer la tarde, el padre salió esposado y en calidad de detenido. De acuerdo a información surgida en el lugar, la orden tenía que ver con una denuncia que la madre de Natasha había radicado en su contra, por violencia doméstica, meses atrás. Desde ese momento, el hombre tenía orden judicial de no acercamiento aunque la pareja vivía cerca y mantenía algún contacto según testimonio de un familiar.
Parte de ese contacto tenía que ver con que el hombre pasaba tiempo con sus dos hijas de forma frecuente, de acuerdo al testimonio del mismo familiar, y el domingo había planeado un cumpleaños adelantado para Natasha.
Sin embargo todo terminó de forma trágica cuando, por segunda vez en pocos días, el dueño del lugar fue objeto de un ataque que de acuerdo a versiones locales tiene que ver con tráfico o consumo de estupefacientes y deudas generadas.
La denuncia por violencia doméstica y el incumplimiento a la orden de restricción se tramita en la fiscalía a cargo del Dr. Jorge Vaz y la causa por la muerte de la niña está a cargo de la fiscal Dra. Mariela Núñez.
Pocos rato después que el padre de Natasha fuera trasladado en calidad de detenido, la madre de la niña fue subida a un patrullero para ir hasta su casa y buscar ropa para sus otras dos hijas menores. La más grande hija de una pareja anterior y la más chiquita también hija del padre de Natasha. Las niñas iban a ser trasladadas al INAU luego. El motivo sería una denuncia radicada contra la mujer por dejar solas y sin cuidado a las menores.
Además, se trataba de ubicar a otro de los hijos de la mujer (que tenía seis en total hasta la muerte de Natasha), de unos 15 años y del cual su madre habría declarado desconocer su paradero. El resto de los hijos es mayor de edad.
El padre de Natasha estaba desempleado y la madre ocasionalmente trabajaba en un cabaret, indicó la misma fuente familiar.
Al tiempo que en la sede de la UEVDG se tramitaban estas actuaciones, las dos hermanas de Natasha jugaban con unos peluches y estaban acompañadas por una tía.
En medio de la confusión, el cruce de los casos y tras conocerse detalles del contexto crítico en el que estos menores se encontraban, así como sus padres, la pregunta que cobró fuerza es si la muerte de Natasha se habría podido evitar si el sistema funcionara de forma más ágil o pudiera proteger a los niños de forma efectiva.
Roldán, el sospechoso de los disparos, tal vez hubiera llegado igualmente a la vivienda para buscar al dueño de casa, pero ¿acaso habría estado Natasha ahí si la denuncia contra su madre se hubiera tramitado con más rapidez y ella y sus hermanas hubieran recibido el cuidado o asistencia de las instituciones? O si la violación de su padre a la orden de alejamiento se hubiera tramitado, ¿acaso la niña hubiera estado el domingo en esa casa?
La vida de uña niña acabó el domingo a pocas horas de cumplir siete años y en medio de una situación completamente ajena incluso al propio contexto vulnerable de su familia. Más allá de las concentraciones que vecinos y familiares anunciaron por estas horas, reclamando justicia para la niña, cabe preguntarse qué parte de responsabilidad lleva en esto la falta de recursos de un sistema que continúa fallando a quienes, justamemte, lo necesitan más. Como Natasha.