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Viñales estimó que “es un hecho que la Policía va a ir desapareciendo el 222”, y fundamentó esa apreciación en que “el servicio 222 todos los años tiene menos cantidad de horas, por lo tanto cada vez hay menos policías” asignados a su prestación.

“La solución se está buscando”, agregó, con lo que afirmó que todo lo que diría después de esto son proyecciones personales que están siendo consideradas en este momento.

Explicó que “la Policía ahora está asegurando que puede colaborar con un efectivo por escenario”, con lo que insinuó que la organización del fútbol departamental está obteniendo el tiempo que necesita para encontrar una solución definitiva al tema.

“La Liga Mayor lo que está haciendo es asesorarse con empresas privadas que puedan llevar adelante (el control de la seguridad de) dichos espectáculos”, reveló, en clara señal de que la solución esperan encontrarla con la sustitución de la seguridad pública, por una seguridad privada.

OTRA VEZ, EL VIL DINERO

Viñales indicó que “no estamos lejos de que la Liga llegue a algunos acuerdos con algunas empresas, pero es obvio que a la Liga le tiene que salir redituable” esos acuerdos, con lo que dio otra información: el nudo que se está tratando de desatar en las negociaciones actuales es que el costo de la seguridad privada no les lleve los ingresos, o la mayor parte de ellos.

“Por un tema económico tiene que ser parecido lo que vaya a pagar la Liga a lo que antes pagaba por el 222, así a nadie se nos modifica nada”, afirmó, ya dejando traslucir más un deseo que una certeza de que pueda ocurrir de esa forma.

Añadió que para él, la negociación va “por buen camino y Maldonado puede llegar también, en un futuro, a que el fútbol administre su propia guardia de seguridad, lo que sería muy buena cosa”.

Dijo que si ello ocurre, liberaría a la Liga Mayor de “estar dependiendo solo de la Policía”, que es lo que ocurre actualmente, de acuerdo al razonamiento del director municipal.

Volviendo a la realidad actual, afirmó que mientras se procesa la negociación con las empresas privadas, “lo que puede suceder es que se empiecen a suspender partidos porque (el personal contratado por) el 222 no va, y empiecen a pasar algunas cosas que son de mal agrado, tanto para el público en general como para la propia organización del fútbol”.
zl