Un hombre fue procesado y enviado a prisión acusado de haber cometido una rapiña impropia, tipificación que aumenta la pena en un tercio. El hombre fue capturado poco después que golpeara con violencia a un transeúnte que caminaba por la vía pública para robarle su teléfono celular, informó la policía.
Un vecino de 53 años de edad caminaba en la noche del sábado 17 de septiembre por avenida Aiguá. Al llegar al cruce con Soriano apareció un desconocido que sin mediar palabra le propinó un grosero golpe en pómulo.
Mientras intentaba reponerse de la sorpresa y el dolor el vecino fue despojado de su teléfono celular. El delincuente emprendió la fuga sin rebuscar demasiado.
Con la ayuda de otras personas se dio aviso a la policía mediante un llamado al 911. Personal del Distrito II de policía no tardó mucho en llegar y recabó información suficiente como para intentar encontrar al sujeto autor del hecho en las inmediaciones.
La búsqueda tuvo éxito. A unas cuadras de donde ocurrió el robo fue ubicado un hombre cuya apariencia física y vestimenta coincidían con la descripción del perpetrador. Se le detuvo, pero ya no tenía consigo el celular que iba a convertirse en prueba de cargo.
En los interrogatorios terminó confesando que se había deshecho del teléfono al pasar por un baldío cuando notó que iba a ser detenido. Los policías fueron al lugar indicado, encontraron el teléfono, y lo recuperaron.
El asaltante fue identificado como Héctor Alfredo González, con antecedentes penales. Quedó a disposición de la sede Penal de 4º turno. La juez titular lo procesó en las últimas horas acusándole de haber incurrido en un delito de rapiña impropia.
El Código Penal tipifica como rapiña impropia aquella en la que el perpetrador utilice violencia especial contra la víctima para asegurar, para sí o para un tercero, la apropiación del bien que se sustrae. Es considerada un agravante de la rapiña y se aumenta la pena en un tercio.
La magistrado ordenó que el acusado fuera internado de inmediato a cumplir con la prisión preventiva hasta que la actual instancia judicial iniciada con su procesamiento sea completada con una sentencia.