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Exponen que los hechos ocurridos el 28 de febrero entre la policía y jóvenes que se encontraban en la puerta del CAFF Navegantes fueron “lamentables” y por ello sienten “la responsabilidad de pronunciarse al respecto”.

Explican que los adolescentes que son recibidos en ese centro de protección 24 horas “son víctimas de violencia física, abuso sexual, violencia psicológica, abandono y negligencia” y que el CAFF “es de puertas abiertas, los adolescentes no se encuentran privados de libertad, pues no ingresan por estar en conflicto con la ley, sino bajo amparo del Inau.

Enumeran todas las actividades deportivas, educativas y recreativas que realizan los 20 adolescentes entre 13 y 18 años que residen en el CAFF y resaltan que la ubicación céntrica del mismo permite “el acceso real a todas estas actividades”.

Y remarcan: “Luego de años de expulsión social estos adolescentes merecen sentirse parte integral de la sociedad”.

“Si bien ciertas conductas y acciones que los adolescentes llevan a cabo afectan a la población, hay problemas gravísimos en la sociedad que los perjudican a ellos sistemáticamente y contra los que debemos lidiar todos los días”, afirman en el comunicado.

Redactan que parte de su trabajo es enfrentar y resguardar a los adolescentes “de la discriminación que implica vivir en un centro de estas características”, y saben que si ocurre una situación de violencia fuera de las puertas del centro es “automáticamente asociada con los adolescentes que viven él”.

En el documento resaltan que en el marco de un procedimiento policial de solicitud de documento de identidad “a tres adolescentes del CAFF y a tres que no pertenecen al mismo” generó una situación de violencia.

“La conmoción de la escena provocó que algunos adolescentes que estaban dentro del CAFF quisieran salir”, explican, y subrayan que los efectivos policiales “estaban realizando una detención bastante violenta” y que eran una cantidad numerosa.

“De ninguna manera estas situaciones son la norma en nuestro centro, pero es lógico, dado las historias de vida de los chiquilines que los hechos que sean violentos sean vividos de forma mucho más intensa por ellos a como lo vivirían personas que vengan de familias que tengan una debida contención”, agregan.

“Proteger a las infancias y a las adolescencias no es un trabajo solamente de INAU”, sostienen.

“Es una tarea en la que las instituciones tanto públicas como privadas, los medios de prensa, las fuerzas de seguridad y la sociedad toda debemos contribuir a fin de hacerlo posible”, concluye el texto.

Podés acceder al documento haciendo click en el enlace Ver/Descargar archivo