"Me da la sensación que no se colaboró con los indecisos", dijo el politólogo José Pereyra pasados algunos días del debate presidencial y vistas las encuestas de cara al balotaje del domingo.
José Pereyra ofreció su análisis sobre el último debate presidencial en Uruguay, y destacó la importancia de estos espacios en las campañas electorales, pero también señaló sus limitaciones.
En La Página Central de La Revista de FM GENTE, Pereyra reflexionó sobre los elementos que marcaron la diferencia en el último encuentro entre los candidatos previo al balotaje, apuntando que, aunque los debates son fundamentales, no siempre tienen el impacto esperado.
“El tema de los debates es un tema bastante particular en las campañas electorales. Se comenzó a imponer en Estados Unidos en 1960. Desde ahí en adelante ya son casi 90 países los que lo han implementado y algunos ya lo han formalizado. En Uruguay es el segundo periodo de gobierno que tenemos un debate con una ley”, señaló.
Para el politólogo, los debates son un espacio donde los candidatos tienen la oportunidad de mostrar sus diferencias. “Es un ámbito donde los candidatos a la presidencia acuerdan estar en desacuerdo. La habilidad del debate es presentar la diferencia de cada uno”, indicó. Sin embargo, señaló que el tono del último debate fue más pactado que apasionado, algo que ha venido sucediendo en los últimos encuentros de este tipo.
Uno de los puntos que destacó Pereyra es que, a pesar de la visibilidad que los debates ofrecen a los candidatos, estos no siempre logran movilizar a los votantes, especialmente a aquellos que aún no han decidido su voto. “Son ámbitos que no terminan moviendo la aguja. El debate dio la sensación que fue para la hinchada. Desde el punto de vista estético y de imagen me dio la sensación de estar mucho mejor Orsi y desde la estructura del discurso Delgado”, explicó el politólogo.
También analizó la forma en que los candidatos manejaron los aspectos argumentales del debate. Según él, ambos mantuvieron sus posturas sin desviarse de lo previamente preparado, lo que generó un cierto “sin sabor” en el público.
El politólogo también destacó que, en una elección que se perfila como ajustada, el debate pudo haber sido una oportunidad crucial para marcar la diferencia. El que pierda se va a arrepentir de no haber aprovechado más el debate”, advirtió.
Respecto a los votantes indecisos, Pereyra expresó que el debate no contribuyó significativamente a cambiar sus perspectivas. “Cuando hablamos de los indecisos me da la sensación que en este debate no se colaboró mucho”, afirmó.