Con la muerte de Néstor Correa Balladares, de 32 años, seis hermanos de la familia han dejado de existir de forma violenta, a consecuencia de lo que operadores judiciales han definido como una guerra “narco” en la ciudad. Del grupo familiar sobreviven media docena de hermanos, tres hombres y tres mujeres. La fiscal del caso y la policía llevan adelante una serie de actuaciones en procura de identificar a los autores del crimen pero lo hacen con gran hermetismo y no se conocen detalles.
Hasta el momento no se pudieron establecer otros datos sobre el auto, de color blanco, con cuatro individuos que llegaron hasta la casa de "El Buñuelo", en el “Rodríguez Barrios”, el sábado a las 7 mañana para ultimarlo de varios disparos.
Las cámaras de seguridad muestran imágenes “discontinuas”, pero igualmente ayudan a tener una idea por donde circuló el rodado partícipe en el homicidio, según indicó una fuente de la investigación a FM GENTE.
La situación que se vive en San Carlos tiene todos los perfiles de una guerra “narco” desatada por la venta de drogas, agregaron los mismos informantes. Aclararon que los enfrentamientos se dan entre quienes "pretenden ganar mercado en el negocio" o sean entre aquellos que integran las bandas que luchan por su "territorio".
Las investigaciones hechas a raíz de los trágicos sucesos han podido establecer la existencia de un negocio familiar de distribución de drogas del cual los hermanos ultimados han formado parte de una tercera generación, afirmaron conocedores del tema.
Néstor Correa Balladares estaba amenazado desde hace muchos años por sus "competidores" que "se la habían jurado" por "mejicaneadas" en el mundo del hampa.