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“Señor presidente, usted es una persona cuerda y sensata. Los que proyectaron esta demencia carecen de sentido común y sobre todo nunca pensaron en los turistas que hace años visitan Piriápolis. Ni les importa. No se debe destruir un ícono del balneario, imagen característica amada por muchos”, sostiene el grupo, que admite haber recurrido a la ayuda del mandatario tras infructuosas gestiones ante el municipio y la intendencia.

En el documento, afirman que se perderán 400 estacionamientos y que eso dejará a lugareños y visitantes lejos de la zona comercial y de los bancos. Un problema que no sólo se acota al verano, ya que en invierno los usuarios que deban realizar trámites deberán caminar largo trecho expuestos al viento costero hasta llegar a los locales.

Además, afirman que achicar la calzada entorpecerá el tránsito y que la ciclovía proyectada en el acceso a la playa expondrá a las personas a ser embestidas. A esto suman el hecho que consideran más grave: el cambio de la fisonomía del balneario creado por Piria hace más de cien años.

“Este proyecto cambia la estética creada por Don Francisco Piria y preferida por los amantes de Piriápolis”, escriben. Añaden que los proyectistas pretenden “hacer una Niza de América”. “Nadie que ama Piriápolis busca tal locura. El que llega a Piriápolis busca paz, playa, comodidad, tranquilidad y buenos servicios. No busca un shopping a cielo abierto como muestra este proyecto. ¿Se le ocurriría a alguien hacer un shopping en plena ciudad antigua de Colonia?”, argumentan.

El grupo sostiene que, si se concreta este proyecto al que atribuyen un “objetivo político”, los turistas emigrarán a otros destinos. Como la presentación de 500 firmas al municipio pero no tuvieron respuesta, ahora presentan “firmas del 90% de los comerciantes de la Rambla e infinidad de firmas de personas que aman la ciudad, entre las que se encuentran muchos turistas”.

Tras pedir a Mujica que impida esas obras y recordarle que la concreción implicó “un préstamo del BID por de 3.000.000 de dólares”, solicitan que el dinero se destine al embellecer el balneario en lugar de “mutilarlo”.

“Reparen las calles que están destruidas, iluminen la ciudad donde falta mucho. Creen atractivos turísticos. Pero no destruyan los existentes”, reclaman antes de despedirse del Presidente con “el mayor de los afectos”.

El comerciante José Arredondo habló este viernes en FM Gente sobre esta preocupación y sobre la carta enviada al presidente como “último recurso” para impedir la obra (foto por J.Goldschmidt):