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Sobre los reclamos de los vecinos de Santa Mónica, quienes solicitaban la apertura de la Laguna José Ignacio porque “tenían sus casas bajo agua”, Molina explicó que la dinámica de esta laguna “es diferente a la de Laguna Garzón”.

“Tenemos un puente que siempre ha permitido que la naturaleza actúe por sí misma y la barra se abre y cierra de forma natural”, puntualizó.

“Hay una planicie de inundación que, cuando llueve, la laguna necesita expandirse y lamentablemente por temas de ordenamiento se ha construido en zonas que no deberían estar destinadas a la construcción”, manifestó.

“Entonces se empiezan a quejar los vecinos porque se inundan los campos. Entendemos que a los productores rurales no les perjudica que parte del campo se inunde en algún momento porque la grama verde que se forma allí (luego de una inundación) es muy apetecible por el ganado”.

“Lo que sí preocupa es cuando el agua se acerca a las viviendas (…) En esos casos si actuamos abriendo la laguna”, agregó.

Informó que para realizar la apertura deben comunicarse con el Ministerio de Ambiente porque es una intervención en faja de defensa de costa. “La laguna estuvo abierta en forma natural hasta el día viernes de la semana pasada por lo tanto estuvo tirando agua al mar”, detalló.

“Muchas veces si yo abro y tengo una sudestada lo que va a pasar es que va a entrar agua del mar y no va a salir agua de la laguna y este es el riesgo que en este caso se corría”, agregó. “Ayer estuvieron dadas las condiciones y se decidió hacer la apertura ese día”.

Sobre Laguna Garzón explicó que es gestionada por el Ministerio de Ambiente ya que es un área protegida.

“Hay varios vecinos que han trabajado tratando de remover las plantas. Han hecho lo que han podido para limpiar la laguna”, señaló.

Explicó que cuando se produce la apertura “la corriente que se forma trae muchas plantas abajo del puente y los vecinos comienzan a alarmarse porque estas plantas trancan toda el agua y empeora la situación”.

“Frente a eso una empresa que tiene licitación con la Intendencia ofreció una experiencia piloto de cosechar esas plantas. Cuando fuimos la laguna tenía menos de 40 cm de profundidad, se hizo la remoción de todo el material debajo del puente y sacamos más de 14 camiones de vegetación”, señaló y agregó que el Ministerio de
Ambiente es quien deberá tomar la decisión de cómo proseguir.

Por otra parte, Molina se refirió a las excepciones edilicias que aprueba la Junta Departamental de Maldonado y dijo que se entera de ellas por la prensa. “Las intervenciones de particulares no pasan por la dirección de medio ambiente”, indicó.

“Nos enteramos por la prensa las excepciones que son votadas y hay que aclarar que lo que los ediles voten en la Junta no quiere decir que le den el permiso. Le dan la viabilidad para que se presente al Ministerio de Ambiente que es quien tiene la potestad de autorizar o no”.

“La Intendencia no puede autorizar nada en faja costera que no tenga permiso en Ministerio de Ambiente”, puntualizó.

Sobre su posición personal respecto al polémico proyecto de Punta Ballena dijo que “expropiaría la tierra para transformarla en un espacio de disfrute” pero como parte de la Intendencia su postura es esperar a que se pronuncie el Ministerio de Amiente y, tras eso, adoptar la misma posición que el intendente Enrique Antía.