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Un móvil de la brigada de Hurtos de la Seccional 1ª de policía pasaba a la hora 23:50 de este miércoles 15 de abril por continuación Garzón.

Al llegar al puente de Granja Cuñetti, vieron a dos personas que estaban en el medio de la nada, sin una razón explícita para estar ahí. Antes de poder averiguar sobre su presencia en el lugar, los desconocidos emprendieron la fuga.

Consiguieron mandarse por un pasillo estrecho que hay en el lugar. Los policías, en lugar de considerar frustrado el intento de detención, decidieron dar un rodeo raudo y cortarles el paso por la salida del pasillo, del lado opuesto al que estaban.

Al llegar a donde los desconocidos debían salir del pasillo, los policías fueron sorprendidos por unos violentos golpes en el techo del patrullero. Eran piedras que habían sido arrojadas contra el vehículo, presuntamente, por los dos o alguno de los dos que huían.

Aprovechando el instante de desconcierto policial, uno de quienes huían tomó dirección a un predio baldío y se perdió en las sombras de la noche.

Los policías consiguieron interceptar el paso al otro individuo. Le identificaron en el lugar. Era un chico de 15 años de edad. Marcharon con él a la comisaría, bajo la figura legal de “menor alojado para ser indagado sobre los hechos” ocurridos.

Se entendió necesario que Policía Científica hiciera un relevamiento del estado en que quedó el techo del patrullero después de la agresión a pedradas. Se veían abollones sobre el lado del acompañante al conductor.

Informada del caso la justicia competente, la magistrada dispuso que el chico fuera entregado a sus mayores responsables, cosa que se hizo bajo recibo. La determinación de la jueza indica que no había nada de qué acusar al osado chico, ni siquiera, de la agresión al patrullero. Nada se dice, del otro individuo que concretó la huida.